Albert Camus, en Escritos libertarios, contó que son tres las obras que le son referentes: la primera
es la Odisea de Homero, la segunda es El Quijote de Cervantes y la tercera, Los
hermanos Karamazov, la obra de Dostoievski. No hace falta de otros grandes
literatos y pesadores que tengan en tal pedestal a la magna composición de
Miguel Cervantes Saavedra. Son la cantidad temática y el estilo son sus bases
que lo enaltecen. En el capítulo del que se hace referencia, se observa a un
Quijote poseído de una lucidez,
lucidez que parecía perdida por la lectura de tantos libros, puesto que construye
un sabio discurso para aconsejar a
Sancho en el gobierno de su territorio.
El primer pedido
que realiza don Quijote a Sancho es el autoconocimiento.
Este es un antiguo imperativo que se atribuye al filósofo griego Sócrates, que
nos muestra la necesidad de conocernos a nosotros mismos, afrontarnos a la
encrucijada que es el universo interior. Don Quijote apela a este “eslogan”
para advertir que, sin tal conocimiento, se puede ser víctima de objetivos
ajenos al dictamen de nuestro espíritu. Resulta que el autoconocimiento también
mitiga las pasiones o deseos. El filósofo Baruch Spinoza, en su obra la
“Ética”, explica que el hombre se cree libre, y esto sucede porque ignora que
mucho de sus acciones son producidos por los sentimientos y prejuicios
inconscientes. Por ello es por lo que Don quijote brinda autorreflexión, pues,
de ese modo, ayudará al control (en cierta medida) de nuestra vida.
Otro tema en el que
enfatiza don Quijote es en la justicia. Dado que las acciones de una u otra
circunstancia son distintas, es difícil impartir justicia bajo un estándar
jurídico. En otras palabras, no se puede
ser justo utilizando unas mismas leyes para los distintos casos. El
filósofo Nietzsche, en su obra la Gaya Ciencia, afirma que lo que es justo para
uno, para la otra parte es injusto y, así, en la libre interpretación de los
hechos, la justicia no existe. Cervantes Saavedra, conociendo esta
subjetivación, en la voz de Quijote, aconseja que, si ha de doblarse la vara de
la injusticia, que sea por la misericordia y no por dádivas (regalos).
De los tantos
consejos que da don Quijote, el autoconocimiento y la justicia se resalta pues,
aunque son temas que la tradición literaria ha abordado, es en esta obra donde
la particularidad de su personaje (que es su locura) aconsejando tan
sabiamente, le genera una curiosidad y grandeza. ¿Acaso se propone que nuestra lucidez
es un delirio consensuado, o sea, una ilusión colectiva? Esa lucidez con la que
construimos razonamientos para vivir bien ya sea para autoconocernos o para
ejercer la justicia, ¿no son quiméricos objetivos, deseos inalcanzables? Al
igual que Sancho, de la acción u omisión seremos responsables. Solo estas
reflexiones pueden ser resultados de obras literarias cargadas de sabiduría.
Autor: Edwin Villanueva Amaya