¿He dicho ya que te amo?

¿He dicho ya que te amo?
En el transcurrir de las horas vacías,
son tus recuerdos el viento
cuya fragancia pierde mi mirada.
He regresado al tiempo dormido en unas páginas,
cuyo espíritu olvidado ha empolvado su guarida.
En este inmenso mundo donde me desconozco
las posibilidades son pocas y quiero darte más.
¿Qué puede dar aquel que va desvaneciendo su alma en letras?

¿He dicho ya que te amo?
Imperativos ontológicos han paseado mi ser
por senderos de ocasos turbios,
mintiéndome tu luz, horizonte.
Reconozco, por las fachadas, los elementos
que como puzzle te recrean.
Entre las oscuras hojas heladas de los pinos,
hice de destellos tras destellos tu imagen,
y, en el suspiro de la brisa, tu compañía.
Así entendí que, mientras sigas siendo presente
seguirás siendo eterna, aunque no vuelvas.
¿Por cuántos yo iba a dejar de seguir siendo?

¿He dicho ya que te amo?
No te quiero (...).
En el cajón de mis deseos, he visto
sencillos sueños que me dibujan ternura.
También tengo mis yemas en las líneas de la historia.
También tengo ganas de una estrella tras la niebla que me rodea.
Quizá tenga miedo a darme, lo mismo que nada.
Quizá tenga, también, miedo a descansa mi cabeza en tu pecho.
No te quiero (quiero creerlo).
Pero no te vayas (o sí mientras duele la duda).
La silueta de tus acciones gritan que te vas, pero
¿Acaso el solo sonar de tu despedida dice que te quedarás?

¿He dicho ya que te amo?
Miro a mi alrededor y no veo mis hermosas plumas,
no percibo mis magníficos colores ni recuerdo la danza del cortejo.
Solo tengo el mundo de mis letras, mi mano extendida
y tu libertad, que tanto me gusta, enfrente.
Quédate, vámonos o vuela al sur de tus anhelos:
en el espectro de la felicidad a la desdicha,
he creado sonrisas y he sabido evaporar lágrimas.
¿Me tocarás con el silencio de tu mirada a lo lejos
o alborotarás nuevamente mi corazón cuando vuelvas?

PD: Si te vas, Astro mío,
abrazaré tu luz en una Luna
soñando en secreto con el amanecer.
Salta conmigo este abismo y, suspendidos,
unamos nuestros labios mientras sentimos
cómo mutan nuestras manos.



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