Soneto a mi niña de sonrisa traviesa

Quizás, en mis enredos de palabras,
de lecturas y escritos, y soledad,
pueda llegarte como falsa verdad,
y tu corazón a mí ya no lo abras,

que hallarte bien amada no te habrás,
que en actos no responda a tu beldad.
Renuncia a esos pensamientos de maldad
pues mi pasión y ternura tú sabrás

al mostrar que no soy un mar en calma,
que tengo olas de gran prominencia,
que el pecho quema y no guarda tibieza,

que amaré hasta que se me vaya el alma,
revelando valentía y diligencia
a ti, niña de sonrisa traviesa.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Análisis de forma del poema "Estar contigo" de José Eusebio Caro.

"Pepita Jiménez" de Juan Valera (análisis)

Análisis narratológico de “El viejo saurio se retira”