martes, 28 de mayo de 2019

El Costumbrismo peruano según tres analistas literarios.

A continuación, se presenta algunas características consideradas importantes para la definición del costumbrismo literario en el Perú 

En el libro de Literatura Peruana Época Republicana[1], el analista y crítico literario Antonio Cornejo Polar muestra algunas características que definen al costumbrismo, tales como: Su apogeo a la realidad más inmediata, su tono humorístico-satírico, su obsesión enjuiciadora, su intencionalidad pragmática. 

Según las anotaciones de Mary Nemtzow, en su artículo en Revista Iberoamericana[2], brinda las siguientes características del Costumbrismo que se desarrolló en el Perú y que se diferencia de otros países: Su tono satírico y su centralización en la ciudad de Lima. 

Eva M. Juan Valero escribe en su artículo “El costumbrismo y la bohemia romántica en el Perú: Un tránsito hacia la tradición”, que el costumbrismo peruano está ligada a la realidad social y plantea un código que representa la tendencia aleccionadora: “Comparte con el neoclasicismo la tarea edificante a través de la corrección de costumbres, pero se asimila al romanticismo en la predilección por lo pintoresco y popular”[3]. Se diferencia, el costumbrismo del romanticismo, en la preferencia del presente hacia el futuro (cambio).

Compilado por: Edwin Villanueva Amaya

Referencias informativas:

[1] Cornejo, A (1980) Historia de la literatura del Perú republicano. Juan Mejía Baca: Lima 
[2] Nemtzow, M. (1949). Acotaciones al costumbrismo peruano. Revista Iberoamericana, 15(29), 45-62. 
[3] VALERO JUAN, Eva María. “El costumbrismo y la bohemia romántica en el Perú: un tránsito hacia la «tradición»”. Anales de Literatura Española. N. 18 (2005). ISSN 0212-5889, pp. 351-366

viernes, 17 de mayo de 2019

Sobre "El soldadito de plomo"

Necesito explicarlo desde el inicio; seré breve, lo prometo. El Sábado en la noche buscaba en la red, por medio de mi móvil, una lectura corta, amena y clásica para contársela a mi sobrino. Aparecían en el catálogo de búsquedas muchas opciones (ya no tantas para nosotros) y entre ellas se encontraba el soldadito de plomo, del cual yo no sabía de la trama que desarrollaba. Con solo leer el título me llegó a la mente una interrogante que persistió incluso luego de terminar la narración del cuento, así que, concluida la lectura y respondidas también las preguntas formuladas por parte de mi sobrino, fui directo a mi cuarto y encendí la computadora. ¿A quién rayos se le ocurrió que el título era apropiado sabiendo aún los perjuicios que produce el plomo? La internet seguro tendría la respuesta.

Resulta que el cuento se realizó años antes del auge industrial; sin embargo, el plomo era utilizado desde mucho antes en las fábricas. Las personas que me conocen saben que soy algo conspiranoico, y que si digo que el cuento tenía el propósito de exorcizar al plomo para que continúe el uso indiscriminado de dicho elemento a favor de las industrias, pues, no sería muy novedoso. Pero, saben, no existe ningún inconveniente si el título fuese "El saldadito enamorado", "El soldadito de una pierna" o "El soldadito de madera", porque el que sea de plomo no tiene relevancia alguna en el cuento, salvo el propósito de aceptación de dicho material desde la infancia. En fin, entre tantas lecturas de "blogs" y pdf, encontré este texto que se los copio para el análisis que puedan realizarle:

El soldadito de plomo es una historia escrita por Hans Christian Andersen en el año de 1838, el cual se inspiró en el caso del grupo de veinticinco obreros del sector que se encargaba de la soldadura, pero en especial de O. Niebuhr, pues su caso logró salir de la cuidad de Copenhague, lugar donde se encontraba la fábrica. Las condiciones en las que trabajaban estos obreros no era las mejores: obreros con uno o dos ropas con las cuales hacían los trabajos de soldadura, las horas y horas que se encontraban sus ojos en contacto con la radiación que producía su actividad y lo aglomerado que eran sus estadías cerca a la fábrica; todo ello no hace más que dejarlos con vestimentas "fijas", ciegos y encerrados.

Cuando la fábrica empezaba a realizar trabajos con el metal llamado plomo sin la protección que corresponde para los trabajadores, no era de esperarse que las personas sintieran, tarde o temprano, los efectos. El obrero O. Niebuhr es a quien el efecto del plomo recayó sin causar un efecto inmediato, a diferencia de sus compañeros que murieron día tras día, a causa de su corta permanencia en esa fabrica. O. Niebuhr fue expulsado por faltar al trabajo porque, según algunos dicen que argumentó, salió a las afueras de la cuidad para estar presente al cumpleaños de su hijo, y otros dijeron, que fue por las dolencias que empezó a sentir en su pierna, parte de su cuerpo que luego perdería.

Este obrero, en la entrevista médica que posteriormente sería encontrada, expresó, entre otras características, que vió a uno de sus compañeros palidecer y salir de la fábrica dando gritos con signos de haber perdido la cordura para luego morir: "...Noté que tenía el rostro crudo, con las ojeras que se confundían con sus iris. Le pregunté que si se sentía bien y me respondió que sentía espasmos, un estremecimiento involuntario (...) Antes de salir al refrigerio, escuché gritos locos, desesperados que salían entre la pared y el recipiente de mezclas. De pronto, vi que salió corriendo de su lugar designado, con los gritos que no paraban, el cuerpo lo retorcía como si luchara ante una manipulación interior y la cabeza lo movía como si viese espectros balancearse de un lugar a otro. Luego de ello, calló al suelo y empezó a vomitar. Emitía tal pestilencia su vomito que, entre los comentarios que se generaron luego, afirmaban que había excretado sus heces por la boca"

La explicación que se daba en ese entonces, para este tipo de reacciones, era de carácter religioso, es por ello que se realizaban todo tipo de actos con la finalidad de espantar a los demonios y espíritus negros que, supuestamente, habitaban en esas instalaciones. También hacía lo suyo algunos científicos, los cuales explicaban que el uso del plomo no tenía ninguna relación con las respuestas que generaban los obreros. Para poder seguir utilizando este material sin invertir más, debieron callar aquellos ruidos que hacía la gente que se encontraba en contra de la continuidad de uso. Otro de los pasajes del documento que quizá sirvió de inspiración a Andersen, fue cuando O.Niebuhr describe su labor: "...A mí y otros tres nos encargaron la placa del contenedor superior que se encontraba vacío, a diferencia de los otros, que se encontraban en contacto con el piso húmedos, cuyas alcantarillas no ayudaban en lo absoluto".

Lamentablemente, he alcanzado el número máximo de caracteres, es por eso que no puedo mostrarle el texto completo.

Autor: Edwin Villanueva Amaya