Punto
de vista del prefacio y de la introducción
Genette
ha puesto en evidencia su capacidad comunicativa en la estructuración de su
obra “Figuras III” y, de las observaciones que realiza, me parece conveniente
que haya elegido un texto (canónico) como referente y otros que dan diversidad
a sus posteriores análisis. En cuanto a la metodología, el texto cuenta con una
estructuración didáctica que presenta de modo específico su análisis literario
del relato de “En busca del tiempo perdido”, esencial para la comprensión de
las figuras en la narración (tiempo, modo y aspecto), fundamentales en la
profesión de Lengua y literatura. Así, el valor que encuentro en la
estructuración de esta obra es que, parafraseando lo expresa el autor, al
intentar poner la teoría al servicio de la crítica, pone a la crítica al
servicio de la teoría. Sin embargo, se percibe en la obra un predominio
narratológico (o de la teoría del relato) que desplaza a un segundo plano a la
crítica literaria, y esto es lo que lo hace especial para la enseñanza.
Importancia
de la obra “Figuras III”
Por
lo expuesto anteriormente, en este apartado no hay mucho que agregar. Estoy seguro de que por el enfoque conjuntivo
de la crítica y de la teoría literaria, por el espíritu renovador y didáctico de
tratar el estudio literario en esta obra, cobra una vital importancia. Con esto
es fiel a lo que expresa el autor: “El porvenir de los estudios literarios
radica esencialmente en el intercambio y el vaivén necesario entre la crítica y
poética”[1].
Importancia del estructuralismo en la
narratología
Terry
Eagleton, en su obra “Cómo leer un poema”, ofrece la siguiente definición de
estructura: “Un fenómeno (p. e., un poema) considerado como un conjunto
organizado de elementos interconectados”[2]. Aquí no se menciona
cuáles son esos elementos, pero hay que saber que el estructuralismo literario
se basa en el análisis interno de las obras, de modo que estas se encuentran
“cerradas”. De acuerdo con lo anterior, un análisis crítico podría señalar el cientificismo
del enfoque debido a su interés en mostrar un análisis objetivo de la obra,
independiente del punto de vista del lector y de la cultura que moviliza en su
trayecto de lectura. Se dice pues con esto que, así como el análisis
estilístico es el método más completo con mejores resultados al abordar los
poemas, según Atienza[3]; el estructuralismo revela
y conecta varios elementos de la obra narrativa, pero no escapa de lo
depositado en ellas. Obviamente esto se encuentra con el pensamiento de Genette
cuando expresa la peligrosidad de las abstracciones que encuentra el prejuicio
positivista del estructuralismo. En fin, no se puede decir que es importante el
estructuralismo en la narratología, pero, en medida que ofrece información, es
considerable su perspectiva.
El relato
El
autor de “Figuras III” realiza un deslinde conceptual entre los muchos
conceptos que se atribuyen a la palabra “relato”. La primera, que Genette
llamará propiamente “relato” o “discurso narrativo”, es el enunciado narrativo
(oral o escrito) que relata un acontecimiento o serie de acontecimientos; la
segunda, que llamará “historia” o “diégesis”, es la sucesión de acontecimientos
que el “relato” narra; y la tercera, que llamará “narración” o “enunciación”,
es el acto de narrar tomado en sí mismo.
El orden y la historia
En
palabras simples: el “orden” está relacionado con la aparición de los sucesos
en el relato y la “historia” corresponde a las posiciones cronológicas. Por
ejemplo, en la obra “El túnel”, el actante principal, Pablo Castel, inicia su
relato confesando su crimen (en presente), pero al dar explicación del porqué
de su acción tiene que recurrir a sus recuerdos (pasado). De este modo, el
orden de los relatos difiere de la cronología de la historia.
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