jueves, 17 de diciembre de 2020

Shifu, un maestro aprendiz.

No me había dado cuenta que Kung Fu Panda es una película del 2008 (¡Vaya que pasa rápido el tiempo!), largometraje que la he vuelto a ver hace unos días, y me sorprende el cambio de percepción que he encontrado, una película que, aunque graciosa, no me gustó del todo en su año de estreno, ahora, por el contrario, me hace de mucho agrado recordar sus escenas. Porque las perspectivas cambian, no hablo como un simple espectador, sino, como un docente que se identifica tanto con el discípulo como con el maestro (aunque puede que sea este efecto de ver en todas las interacciones el proceso enseñanza-aprendizaje). Así que, de esto va este texto, del cómo observo ahora este video, todo desde una perspectiva pedagógica. Advierto que habrá información que pueda arruinar la intriga de quienes aún no han visto y pretendan ver el filme (dicho de otro modo, habrá spoiler)

Confía en tu estudiante

    La historia inicia con Po, un panda al que le gusta la historia del Kung Fu, que (siendo muy sintético) es elegido como el guerrero Dragón por Ooway, una tortuga poseedora de mucha sabiduría, quien es maestro de Shifu (ya hablaremos de este personaje más adelante). En un inicio, esta parte de la elección del guerrero Dragón a Po, me pareció una total tontería (seamos sinceros, una persona sabia sabría que un cargo tan importante no se puede designar a quien caiga del cielo por un mero accidente); pero, es justamente esta escena que inicia la enseñanza de Ooway a Shifu, que luego será revelado en la escena de la despedida de estos dos, cuando le dice que debe confiar en la capacidad este nuevo discípulo. Cada año, los docentes nos encontramos con este desafío, ante 20 (incluso más) estudiantes, a los que debemos conocer y ayudar a desarrollar sus capacidades a través del programa pedagógico (que tristemente se desarrolla antes de conocerlos). No sé si solo me pasa a mí, pero en las primeras escenas Ooway se ve muy inocente, rozando lo tonto (por eso mi sorprendente expresión anterior). Me da mucho que pensar, a lo mejor los docentes también damos esa impresión de tontos: cargar con la gran responsabilidad de egresar mejores ciudadanos, que, de no darse, "solo nosotros" tenemos la culpa; la remuneración que no es la mejor ni la más atractiva para captar "las mejores mentes" de las nuevas generaciones; y, por último, ser limitados y censurados por los padres por motivo de nuestra práctica docente dando cuenta que a quien nos debemos es a los padres, y por ende, a la institución. En fin, Ooway desaparece (dándole crédito, podemos decir que es la cadena de confianza la que inicia su proyecto de enseñanza) y desde ese momento, Shifu se queda a cargo de Po.

Aplicar creatividad y no molde

    Shifu tiene un cargo muy importante y diferente al trabajado anteriormente: ya no va a impartir conocimientos indiferentes al estudiante, sino que va a ayudar a cumplir un destino: el enfrentar a Tai Lung, un villano que ha escapado de la prisión para obtener el rollo que tiene conocimientos que le darán mucho poder (no voy a exigir pedagogía en ello del destino: es una película comercial). Bueno, Shifu ha tenido varios discípulos a los que ha instruido para la lucha, pero ha utilizado el mismo método de preparación para ellos; y, aunque lo hizo bien, Ooway hace reconocer a Po como alguien especial. El método de enseñanza (didáctica) utilizado por Shifu en Tigresa, en Vívora, en Gruya, en Mono y en Mantis funcionó porque ellos estuvieron dispuestos a cambiar, a mutar en alguien para aprender; sin embargo, ante Po, tiene la premisa de que este no debe ser otro, sino, él mismo. Cuántos docentes quisiéramos tener un aula entera que se apasionen yendo a la escuela, tal como algunos estudiantes van a las academias o a las universidades; en cambio, tenemos estudiantes aburridos o indiferentes con las materias: con deseos de estar en el aula, pero sin fuerzas para quedarse a causa de preocupaciones familiares o por desnutrición. De hecho, vemos escenas donde Shifu se molesta y se aburre utilizando su enseñanza tradicional: nada más alejado de la realidad. Con esto del mismo método no quiero quitarle crédito a Shifu, ya que supo aprovechar las particularidades de sus discípulos; lo que es más meritorio es la velocidad con que desarrolló las capacidades, utilizando simplemente los intereses de Po, orientándolo hacia una vida de preparación constante. Este punto es importante porque se piensa mucho que no hay que influenciar en el estudiante, pues de este modo se estaría formándolo, borrándole su alteridad; y aunque el punto es válido, pienso que no hay que romantizarlo: de alguna manera ejercemos cierta orientación al estudiante, los docentes tenemos el poder de penetrar e influir en su vida futura. Ante esta situación, la actitud crítica es importante, la confrontación de información e ideas es a lo que apunta nuestra actividad, es la única estabilidad que debe quedar en ellos: el cuestionamiento constante de sus "convicciones". En suma, Shifu realizó una enseñanza en el que se reconoce la particularidad del discípulo y lo ayuda en su desafío mediato: enfrentar a Tai Lung.

La educación para la vida

    Quizá no he hablado mucho del personaje antagonista del guerrero Dragón: Tai Lung. Este personaje tiene una escena intensa en el que se enfrenta a su maestro Shifu. Aquí se puede observar (lo esperado) cómo los estudiantes llegan a superar al maestro anciano (¡Venga! tomemos esta palabra como retrógrado, desfasado!). No hay que adelantarnos; es necesario ingresar en la analepsis (interrupción temporal de la narración para contar un suceso pasado): Shifu fue maestro de Tai Lung, lo entrenó para que sea el guerrero Dragón. El maestro introdujo sus esperanzas en el aprendiz, dirigió al aprendiz hacia una categoría de prestigio (esto se explica luego); y, para lograr ello, exigió al máximo a Tai Lung, pero, a pesar del esfuerzo, Ooway no lo reconoció como tal. La mente y la meta del discípulo estuvo direccionada hacia la obtención de los poderes que conferían el rollo del guerrero Dragón, este objetivo le daba sentido a su vida (Lo que hace preguntarme: obtiene el rollo ¿Luego qué?). Ante la negativa, Tai Lung se enfrentó a los maestros y Ooway tuvo que inmovilizarlo con una técnica para después apresarlo (así termina esta analepsis). 



    Por el contrario, a Po, quien tenía mucha curiosidad y admiración por el kung fu, no había manera de enseñarle de la manera tradicional esta disciplina. Actitudinal y físicamente, no estaba en condiciones para realizar actividades, es por ello que Shifu se da cuenta y aprovecha su particularidad: su emoción por la comida. Recordemos la escena en la que Po realiza un split (abrir las piernas en ángulo de 180 grados) para alcanzar las galletas escondidas de Mono. Es de esta forma que el maestro reconoce al aprendiz como alguien distinto, otro y único. Además, al término de su entrenamiento, el aprendiz agradece al maestro y lo toma como un amigo; tanto Shifu y Po se divierten en el proceso, reconoce uno en el otro su evolución: el aprendizaje es mutuo. 

    Tai Lung y Po son los discípulos, cada uno con una enseñanza distinta. A Po se le enseña a desarrollar sus capacidades de guerrero Dragón, en contra posición a Tai Lung, a quien se le generó expectativas de lo que no era, y para su mal, no se le reconoció como tal. Ahora, es necesario aclarar dos puntos sobre esto. El guerrero Dragón es un calificativo cuya potencialidad está en la confianza que tiene aquel que se considere de este modo. Esto se evidencia cuando se dice que solo el guerrero Dragón puede obtener el rollo que le conferirá un poder inigualable; sin embargo, el rollo del Dragón está vacío de información, dicha lámina solo muestra el reflejo de quien está ahí (o sea, el guerrero Dragón). No hay guerrero Dragón, sino, alguien que se reconoce especial. Otro punto es la dirección del aprendizaje: la enseñanza de Tai Lung estuvo evocado de afuera hacia adentro, por eso es que busca la aprobación de Ooway como un verdadero guerrero Dragón: su fin es individual (dándole crédito a Tai Lung, diríamos que es coherente el reclamo a Shifu, pues su enseñanza no cumplió con el objetivo); por el contrario, la enseñanza de Po tuvo una dirección de adentro hacia afuera, esto se evidencia en la necesidad de utilizar su aprendizaje para ayudar y proteger a los pobladores: una enseñanza para el servicio.

Confianza y duda: el eterno vaivén.

    Durante la película, se nota que la confianza es una constante, no como acto de fe: que el aprendiz (tanto Shifu como Po) haya alcanzado un estadio de su desarrollo, no quiere decir que haya certeza en la óptima conclusión en sus actos. Esto se demuestra en el enfrentamiento de ambos guerreros. Shifu no está convencido de que Po pueda derrotar a Tai Lung, pero, a pesar de eso, acepta entrenarlo. Del mismo modo, el guerrero Dragón huye en primera instancia; sin embargo, ha adquirido una confianza en sí que le permite presentarse al duelo. Se nota un aprendizaje, no como una práctica acabada, sino que se prolonga y continúa su desarrollo luego del fin de las lecciones. Esta película refleja que la confianza es el primer elemento que genera una nueva práctica de enseñanza: de Ooway a Shifu, y de este a Po. La confianza es abrirse a lo desconocido, a lo extraño, a la otredad, pero no como un acto de fe, tal como sugiere su etimología, sino, mantener una expectativa.

    Esto requiere que el segundo elemento sea una constante crítica de sí y de su entorno. Al ver a Shifu reformando el paradigma de su quehacer como maestro y Po oscilando entre lo que hace y su potencial, lo que puede llegar a hacer, se nota la actitud cuestionadora frente a los fenómenos que acaecen (los cambios que suceden). A lo que deriva esta expectativa es salir de sí, volcar su mirada al exterior de modo que haya una expansión hacia el entorno que le rodea, y así reconocer la complejidad de las vidas y del mundo. El visualizar las diferentes formas de vida y de vivir genera la comprensión y, posiblemente, la empatía con esa diversidad. Po arriesga su vida al enfrentar a Tai Lung, pero es consciente de que ha desarrollado capacidades (conocimientos, habilidades y actitudes) con los que puede ayudar y proteger a la aldea que pertenece: solo debe confiar. No hubo una clase de confiar en el otro, sino, un simple devenir de dicha praxis.

    Kung Fu Panda es una película muy graciosa e interesante desde el análisis pedagógico. Aunque es verdad que todo lo anteriormente expuesto está direccionado hacia la apertura del paradigma pedagógico actual, pues hay muchas acciones de Shifu que son cuestionables (como el agredir física y verbalmente al aprendiz, por ejemplo, el cual obviamente no me convenía mostrar), no hay que negar que es una gran historia y apuesta cinematográfica del que podemos reflexionar estudiantes y docentes. 

Autor: Edwin Villanueva Amaya

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