Una imagen que no puede estar menos plagado de controversias. Mucha risa no puede sugerir, no tiene la intención de la gracia; sino una demostración de la influencia del Maestro Manuel González Prada a tres grandes literatos peruanos que captaron sus ideas revolucionarias, que son: Abraham Valdelomar, César Vallejo y José María Arguedas.

Luego de dicha guerra, el Perú se encontró con la misión de reestructurarse, pero los ánimos de los peruanos no podía ser más triste. En tiempos de penuria, se necesitó de la palabra ruda de un padre para entrar en razón y del carisma que acelere los latidos de corazones propensos a entregarse en pena a la inercia, a la resignación. Para ello, Manuel González Prada, como presidente del Círculo Literario, expone las debilidades del Perú desgregado y enfatiza en la importancia de la educación ("Trecientos años ha que el indio rastrea las capas inferiores de la civilización, siendo un híbrido con los vicios del bárbaro y sin las virtudes del europeo: enseñadle a leer y a escribir, y veréis si en un cuarto de siglo se levanta o no a la dignidad de hombre"). Además, exhorta a los jóvenes a ser el motor del cambio con el desarrollo de las ciencias ("Si la ignorancia de los gobernantes y la servidumbre de los gobernados fueron nuestros vencedores, acudamos a la ciencia, ese redentor que nos enseña a suavizar la tiranía de la naturaleza, adoremos la Libertad, esa madre engendradora de hombres fuertes".).
Es verdad que González Prada apela al revanchismo, actitud que hoy debe ser superada, como chispa para excitar la rebeldía juvenil, para encender el motor que sostenga el trabajo que logre la unión y del desarrollo nacional; pero como mensaje principal es la renovación del pensamiento, la renuncia al romanticismo de un pasado que no ha fortalecido ni ha servido de base para los nuevos tiempos. Es en este punto donde "El sibarita" cobra un papel fundamental, señala el horizonte para aquellos que hayan guardado su palabra y deseen laborar para la nueva gloria del Perú.
Un grupo de jóvenes organizados escucha el llamado y reconoce como líder al gran orador, "Al apóstol de la muerte". De este, toma su Discurso en el Palacio de la Exposición cuando expresa: "Para pensar y escribir libremente, para acometer empresas fecundas, se necesita aprovechar el fugitivo entusiasmo de la edad en el que el músculo vigor y el cerebro lucidez", y, así, renuncian a la contemplación del pasado para ser la contradicción que colmará de frutos a la literatura. Bajo el nombre de "Colónida", esta revista, liderada por Abraham Valdelomar, ofrecerá la resistencia al continuismo estético y al cuestionamiento a los modelos establecidos. José Carlos Mariátegui escribe, en su obra "7 ensayos de interpretación de la realidad peruana", sobre los Colónidos: "Cumplieron una función renovadora. Sacudieron la literatura nacional. La denunciaron como una vulgar rapsodia de la más mediocre literatura española". Esta revista, aunque de corta duración (seis números), es megáfono que hace escuchar a nuevos representantes de la literatura. En fin, aunque la revista Colónida no tiene la lucha uniforme contra lo que pregona, "El Dandy" muestra una evolución en sus composiciones y se alinea con el pensamiento de unificación nacional en la literatura. Su producción busca representar la vida cotidiana y los sentimientos de humildad. Luego de la disolución del grupo Colónida, Valdelomar toma contacto con César Vallejo en la revista "Nuestra Época", que era más de corte político que literario
"El Cholo" simpatiza con el pensamiento del autor "Pájinas libres". Narra, en su artículo "Con Manuel González Pada", una de sus interacciones donde le expresa su visión de la literatura, dice: En literatura los defectos de la técnica, las incongruencias en la manera, no tiene importancia. (...)
"El Cholo" simpatiza con el pensamiento del autor "Pájinas libres". Narra, en su artículo "Con Manuel González Pada", una de sus interacciones donde le expresa su visión de la literatura, dice: En literatura los defectos de la técnica, las incongruencias en la manera, no tiene importancia. (...)
De sus conversaciones con Valdelomar, "El Cholo" adquirirá el pensamiento de renacimiento
La admiración de Vallejo por "El conde de Lemos" se encuentra plasmado con sus propias letras: El cuentista más autóctono de Ámerica, el nombre más sonoro de la última década de la literatura peruana", dirá por el fallecimiento de este.