Elección de la pareja: ¿por sentimiento o por lógica? (Opinión)



La reflexión que se presenta surge de un post (publicación) de Facebook, el cual generó mucho rechazo por personas que tildaban de convenido, incluso, de arribista, sin saber la vida privada del autor del post. Muchos románticos, y por ello idealistas, añadieron que es muy egoísta lo que expresa, y en cierta manera lo es, pero no por ello es inconveniente para la formación de una pareja. Ser realista implica proyectarse utilizando la racionalidad y romper con proposiciones binarias, que es lo que usaré para demostrar que se vive mejor eligiendo a una pareja por la lógica, aunque suene egoísta.

Lo que el post quiere decir, a mi parecer, es: "Me gustas un montón, pero solo es sentimiento. Yo quiero alguien que se parezca más a mí; quiero reforzar, en cierto grado, mi "yo" buscando a alguien como "yo"; que tenga mis similares gustos e ideales. Quiero a un "otro", pero que sea "más yo". Quiero estar con alguien parecido a mí para no esforzarme mucho cuando el sentimiento y el deseo hayan desaparecido".

Post en cuestión

No estoy seguro si eso se le puede llamar madurez, pero lo que sí es cierto es que, antes de comprometerse, hizo el cálculo, la aritmética, usó la lógica, se proyectó con supuestos, y ello le permitirá vivir más tranquilo. Tener una pareja exige establecer un deseo, depositar una esperanza, someterse al miedo; la razón calma en gran medida todo ello. Sin embargo, como la razón disuelve esas afecciones, también merma los sentimientos que son necesarios para fortalecer la unión de la pareja, empero, el compromiso mantendrá la unión. Puede que haya minúsculos sentimientos del uno hacia el otro, pero seguirán unidos para trabajar en aquello que carecen. A lo que voy es que, una persona que racionaliza a su relación de pareja, busca tener más a un compañero de trabajo o a un amigo, etc.,; aunque tendrá que lidiar, irremediablemente, tarde o temprano, con aquello que es diferente. En pocas palabras, sí o sí tendrá que comprender que es con un "otro" con quien va a compartir el resto de su vida.
La cuestión de la pareja, a mi parecer, es saber si pueden comprometerse a aceptar que están con un "otro", con esa persona que tiene sus propios gustos y manías distintos al propio; saber si pueden disminuir su ego, su yo, dejar de apreciar más lo "igual" y comprender más lo "diferente". En este sentido, la relación de pareja siempre es ceder en alguna medida el "yo" para abrirse al otro. A la lógica no le gusta eso. Uno no quiere estar con alguien para ceder o perder, y aquí reside la paradoja de cualquier relación.

No obstante, y para terminar, en el post la persona no quiere lidiar con tanta "otredad" del otro, pero ello no implica que busque a alguien igual. Rechazar a alguien diferente no es, necesariamente, desear a alguien igual, pues aquí ingresa el espectro de los similar. Romper con el binario Igual-diferente es aceptar que hay un rango de diferencia, aun cuando, en apariencia, se enmarquen en categorías iguales. Por ejemplo, aunque una persona establezca una relación con alguien de su mismo rubro, o que tenga sus mismos gustos, habrá un rango de diferencia, ya sea en pensamientos o grados de sensaciones o sentimientos, con los que siempre deberá lidiar. Por ello, es verdad que se reafirma en cierto grado el ego, pero se vivirá con menos afecciones que los que ofrecen una relación de pareja establecida preponderantemente por los sentimientos.

Autor: Edwin Villanueva Amaya


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